Abdul pasó varios años escondiéndose en el tejado de la casa de su familia porque no tenía otro sitio donde dormir. Su familia lo había rechazado por completo después de que eligiera seguir a Cristo.
Siempre ha recibido amenazas de muerte, pero acepta la presión en su vida como parte de su fe. Si las amenazas se hacen realidad, tampoco tiene problemas con eso. Ahora sabe con certeza a dónde irá cuando muera.
Fuente: La Voz de los Mártires